martes, 10 de febrero de 2009

Hoy fue un día de lluvia



Es raro, ya no se escucha la lluvia por la radio. Es raro, porque cuando llueve, estoy convencida, que hay interferencia: en mis oídos, en el aire. Pero la radio sigue ocupando un espacio vacío.
Y miren que trato, trato con todas mis fuerzas, pero no puedo evitarlo: me gustan los días de lluvia. ¿Y a quién no le gustan los días de lluvia? Decía Ismael por aquellos días.
¿Y por donde andará Ismael hoy por hoy? te preguntás, entrecerrando los ojos para tratar de recordar con dificultad quién era Ismael. Pero estas convencida de que nunca existió un tal Ismael ¿o si? Los días de lluvia te confunden, y el olor y la consistencia de la cuerina del sillón en el que estás postrada tomando mate, te nublan la memoria.
Yo si recuerdo a Ismael, el se llevó mi radio, pero no lo hizo de ladrón; se llevó mi radio porque sabía que para donde se dirigía iba a extrañar la lluvia, y el quería escucharla, por eso se la llevó.
Claro, por eso hoy no tengo más telenovelas, pero no importa, yo se que cuando sea abuela, mis nietos me van a regalar algún aparatejo del tamaño de mi mano en el que pueda ver una y otra vez mis novelas preferidas.
Quién sabe.


Maru

1 comentario:

  1. Aguante la lluvia. Especialmente si se la acompaña con un buen disco lluvioso como Vespertine de Björk o la Sinfonía Nº3 de Gorecki. (L)

    De Ismael ni idea la verdad...capaz se fué a NYC a limpiar baños y ver el estreno de la nueva ópera del Rufus (?)

    ResponderEliminar